A veces me pregunto, con toda la tecnología que tenemos a
nuestro alcance, si los niños tendrán una relación cercana y algo “similar” con
el libro parecida a la que tenemos los que somos de la generación de la
"transición". Es obvio que, aunque muchos tendrán una relación cercana con la lectura, la respuesta es, me parece, "no".
Las cosas han cambiado y no hay forma de regresar al pasado,
lo cual no necesariamente es ni bueno ni malo. Las cosas no son tan negras o
blancas sino que hay una enorme gama de grises intermedia. Me explico: a mi me
encantan los libros de papel pues son con los que crecí pero no tengo nada en
contra de los libros electrónico por muchas razones. Uno de las cosas que me
encantan de los libros de papel es que, entre otras cosas, no necesita enchufarse (buenísimo si se va la luz, por ejemplo) ni hay que tocar botones
para usarse. No necesitan de un aparato caro para leerlo, se puede llevar a
todos lados, no le pasa gran cosa si se cae y es especialmente adecuado para relajarse
a la hora de dormir (a menos de que uno esté leyendo algo de terror…). Es, para
mí, un amigo incondicional. Eso no quiere decir que esté en contra de los
libros electrónicos porque tengo un Ipad, estoy encantada con él, puedo cargarlo con montones de libros (cosa muy buena cuando te vas de viaje por un largo periodo y no quieres cargar veine libros) y veo que
tiene montones de cosas para entretener a los niños, pero, a estas alturas, no
me veo sentada junto a uno de mis nietos leyéndoles algo que no está en papel.
Cada cosa tiene su lugar pero me da tristeza pensar que, más adelante, los
libros de papel pasarán a ser curiosidades como lo son, hoy en día, los teléfonos
de disco y los walkman. También me da algo de tristeza que los libreros, hoy
llenos de libros pasen a ser… ¿lugares para colocar qué? ¿El lector electrónico
tipo Kindle o Nook? ¿Figuritas de porcelana, el recuerdo del viaje a un lugar
exótico, macetas con plantas? Creo que yo, como parte de esa generación que
está entre dos, seguiré amando mis libros de papel aunque leeré otras cosas en
mi Ipad. Nada más hago la aclaración que, para mí, leer en la cama con el Ipad
no es lo mismo que con un libro y, además, me da pánico que me quede dormida y
se caiga. Se puede dañar, cosa que no pasará con el de papel. Además, en lo que
se refiere a los niños, la experiencia cercana de sentar a un pequeño en tu
regazo y abrazarlo (como hice durante muchos años con mis hijos), tomar un libro, leer, darle la vuelta a las hojas,
observar las ilustraciones y disfrutar del momento es, para mí, diferente y más
cercano con un libro de papel que electrónico. Además, abrazar a un lector electrónico no es lo mismo.
Sometimes I
ask myself, with all the technology we have around us, if kids will have a
close or “similar” relationship with books that I and others of my “transitional”
generation have. It’s clear that, though many will have a close relationship
with reading, the answer is, I believe, “no”.
It’s
obvious that things have changed and there is no way to return to the past,
which is not necessarily good or bad. Things are not black or white but rather there
is an enormous variety of grays in between. Let me explain: I love paper books,
since they are the ones I grew up with, but I have nothing against electronic
books for many reasons. One of the things I love about paper books is, among
other things, that you don’t need to connect them to a socket (really good if
the lights go out) and you don’t need to press any buttons to use them. You don’t
need an expensive machine to be able to read, nothing much happens if you drop
it, and it’s specially good for relaxing before going to sleep (unless you’re
reading something scary…). It is, for me, an unconditional friend. This doesn’t
mean that I’m against e-books because I have an Ipad, I’m very happy with it, I
can carry lots of books with me (especially great when you’re going on a long
trip and don’t want to lug twenty books with you), and I know that there are
tons of things for entertaining kids but, somehow, I don’t see me reading to my
grandkids with something other than a paper book. Each thing has its place but
I’m saddened to think that, in the near future, paper books will probably become
objects of curiosity such as, nowadays, telephones with rotary dialers and
Walkmans. I’m also saddened that bookshelves, today filled with books, will be…
spaces for what? All that empty space for only a Kindle or a Nook? Porcelain
figurines, souvenirs from an exotic trip, plants? I think that, as part of this
generation caught between two, I will continue to love my paper books though I’ll
read some on my Ipad. I’d just like to clear up that, for me reading in bed is
not the same with the Ipad as with paper and, besides, I’m concerned that, if I
fall asleep, it can fall. It can get damaged, something that will not usually happen
with the paper book. Besides, in what refers to kids, the close experience of
sitting with a little one on your lap and hugging him or her (as I did for many
years with my sons), grabbing a book, reading it, turning the pages, observing
the illustrations, and enjoying the moment is, for me, different and closer
with a paper book than an electronic one. Besides, hugging an electronic
book is not the same.
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