viernes, 15 de noviembre de 2019

Anunciando un nuevo libro/ Announcing a New Book

Me da mucho gusto compartir la portada de este lindo libro. Con ilustraciones de Cecilia Varela y publicado por Reycraft Books de Estados Unidos, cuenta la historia de Mariana, su primer día de clases y una cajita muy especial que le regalan sus papás. Estará disponible en la primavera de 2020.


I'm very thrilled to share the cover of this lovely book. With illustrations by Cecilia Varela and published by Reycraft Books of the USA, it's about Mariana's first day in school and a very special box her parents give her. It will be available in Spring 2020.

lunes, 28 de octubre de 2019

Quince excusas para no comprar libros para niños


Quince excusas para no comprar libros para niños
Por Judy Goldman
Cuando se acude a ferias de libros, uno, como autor, entra en contacto con padres de familia. Después de varios años de observar su comportamiento y actitud hacia los libros, me he dado cuenta de que, aunque hay papás de todo tipo, algunos se pueden reunir en grupos (unos grandes y otros pequeños) con características más o menos similares. Estos son algunos de los que he observado a través de los años.
Hay padres que llegan solos (sin sus hijos), se acercan a los estantes, con cariño toman los libros infantiles entre las manos, los hojean y, después de pensar un poco, deciden cuál o cuáles van a comprar. Una vez que se alejan, a veces me quedo con la sensación de que adquieren los libros para ellos mismos y me pregunto si se los prestarán a sus hijos.
Esto produce adultos contentos que, a veces, y por el qué dirán, leen estos libros a hurtadillas de otros adultos. Me divierte imaginar que sus hijos, de manera sigilosa, los extraen de los  estantes sin que sus padres los vean y, debajo de las mantas, los leen linterna en mano.
Hay otros que escogen los libros que ellos creen que los pequeños deben leer, imponiendo su selección y en ocasiones llegando a discutir acaloradamente con ellos: ––No, hija, ese libro tiene demasiados dibujos. Tú ya eres grande, tienes seis años y debes leer algo con puras letras. Sí, ya sé que ese te gusta más pero mira, aquí está uno muy gordo, muy barato y te va a durar más. Y no me importa que llores porque este es el que vamos a comprar.
Esto generalmente produce niños reacios a la lectura así como libros no leídos y abandonados en algún oscuro rincón de la casa.
Hay otros padres que permiten que sus hijos escojan libremente lo que quieren comprar, guiándolos con la ayuda de un asesor o promotor, para así hacer una selección adecuada, una que toma en cuenta la edad, la madurez y los gustos del lector: ––¿Hijo, ese cuento es el que quieres? Se ve maravilloso, claro que te lo compro. ¿Ya escogiste otro? Ándale, ve a escoger más para que te lleves dos o tres.
Esto, felizmente, produce buenos lectores, que se meten de lleno en las historias, y estantes de muchos libros tanto de narrativa como de divulgación.
Luego hay gente de escasos recursos que, convencidos de los beneficios de la lectura y amantes de los libros, ahorran dinero poco a poco para que, el día que visiten una feria del libro o una librería, puedan comprar siquiera un libro muy bien escogido para sus hijos.
Esto produce lectores contentos que atesoran los libros. Aunque sean pocos, han sido cuidadosamente seleccionados y viven en un lugar privilegiado de la casa. Han sido leídos montones de veces, amados y compartidos entre toda la familia.
Y después están aquellos que ven a los libros de narrativa como cosas raras, especies de animales misteriosos, que no saben a cierta ciencia para qué sirven.
Durante varios años he coleccionado algunos de los pretextos que dan estos últimos, los que ni por equivocación compran un libro de ficción. Entre los más comunes y sin un orden especial, están los siguientes:
1.     Cuestan muy caro.
2.     Para qué quiero que se divierta mi hijo… mejor que lea un libro informativo para que, de paso, aprenda algo.
3.     Leer es perder el tiempo.
4.     Prefiero comprarle un juguete, aunque sea mucho más caro, porque siquiera lo usa más.
5.     No le gusta leer. Una vez le compré un libro que a mí me gusto y a ella no. Lo dejó botado por ahí y tuve que forzarla a leerlo. Por eso ya no le compro libros.
6.     Puede aprender cosas que a mí no me convienen.
7.     Se divierte igual viendo la televisión, la tableta o el celular y no me cuesta nada.
8.     No tengo lugar para guardarlos en la casa. Además, se llenan de polvo y hay que limpiarlos.
9.     Los libros se rompen, se desgastan y se deshojan.
10.  ¿Un libro sin texto? ¿Para qué? No voy a comprar un libro de puros dibujitos y sin palabras.
11.  Si lee mucho, no juega con sus amigos.
12.  Se les acaban los ojos de tanto leer. ¡Imagínese! Tendría que comprarle anteojos…
13.  Cuando tenía un año le compré uno de esos libros pop-up y lo rompió en dos minutos. Por eso, aunque ya pasaron muchos años, temo que vaya a hacer lo mismo.
14.  ¡Uuuuy! Si viera cuántos clásicos le he comprado, de esos que yo tuve que leer en la escuela cuando era niña, y ni siquiera los quiso abrir. Más bien los usó para jugar. Ya sabe, construía torres y después los tiraba a pelotazos. ¿Para qué gasto comprando libros nuevos si estoy seguro que no los va a leer?
15.  ¿Para qué? Yo no leo y de todos modos me gano la vida.
Usted, ¿qué tipo de padre es?

viernes, 17 de mayo de 2019

¡Libro nuevo! New book!

Ya sé que no escribo aquí seguido, es más, lo hago muy poco por falta de tiempo, pero aun así me gusta compartir las buenas noticias. ¡Esta es la portada de mi libro nuevo! Publicado por Ediciones Castillo de México e ilustrado por Israel Barrón (este es el tercer libro en el que trabajamos juntos), narra la historia de Marco y su tía Neli a traves de cinco cuentos y varias ciudades y pueblos del país. Entre sus aventuras, hay un encuentro con un pirata, un misterio en una catedral, una lucha por la libertad y mucha diversión. Todavía no está en librerías pero, cuando lo esté, les avisaré. Incluyo las portadas de los otros libros que tengo en Castillo.

I know I don't write here often, in fact, I do it rarely due to a lack of time but, even so, I like to share good news. This is the cover of my new book! Published by Ediciones Castillo of Mexico and illustrated by Israel Barrón (we've done three books together), it has five stories about Marco and his aunt Neli and their travels to several cities and towns in Mexico. Among their adventures there is an encounter with a pirate, a mystery in a cathedral, a fight for liberty, and lots of fun. Once it's available in bookstores I'll let everyone know. I'm including the covers of the other two books I have with Castillo.



martes, 22 de mayo de 2018

Presenting Terry the Trouble Bunny!/¡Presentando a Terry the Trouble Bunny!

Meet Terry the Trouble Bunny! 

Terry is a lovable scamp who has a huge imagination that always gets her into trouble. 
Will her imagination help her get out of trouble?

Download the stories, in English, into your smartphone and enjoy reading them, telling them in your own words, letting your little ones continue them or make up another ending. The stories also include tips for getting your kids hooked on reading so that a life-long love of books is the result. You can read the stories anyplace and your children will not be bored. Perfect for kids two to four, they can also be enjoyed by older readers as well as grownups. And, if your kids are learning English, they're great for picking up vocabulary while they're having fun.

Illustrated by Rubí Juárez and produced by Little Lights Studio GmbH of Vienna, Austria, you can get the first story for free and the other four tales for $1.99 US dollars. The app is only available in the app store for iOS devices.

https://getbedtimestories.com/

https://getbedtimestories.com/library/terry-the-trouble-bunny/

And, for tips on getting your kids hooked on reading and articles about, for instance, the importance of bedtime storytelling and interviews with the authors of the different story series available, go to https://getbedtimestories.com/blog/



¡Presentando a Terry the Trouble Bunny!

Terry es una adorable conejita que tiene una gran imaginación que siempre la mete en problemas. ¿Le ayudará a arreglar esos problemas?

Baja los cuentos, en inglés, a tu teléfono smartphone y diviértete leyéndolos, contándolos en tus propias palabras, permitiendo que tus chiquitos inventen lo que sucede después u otro final.  Los cuentos también incluyen tips para que tus hijos se enganchen con la lectura, logrando un amor hacia los libros que durará por siempre. Puedes leer los cuentos en cualquier lugar y tus chiquillos nunca estarán aburridos. Perfecto para pequeños de dos a cuatro años, también los pueden disfrutar lectores mayores y adultos. Y, si tus hijos están aprendiendo inglés, son geniales para que se diviertan mientras adquieren vocabulario.

Ilustrado por Rubí Juárez y producidos por Little Lights Studio GmbH de Viena, Austria, puedes conseguir el primer cuento gratuitamente y los otro cuatro cuentos por $1.99 dólares de Estados Unidos. El app sólo esta diponible en la app store y para dispositivos iOS.

https://getbedtimestories.com/

https://getbedtimestories.com/library/terry-the-trouble-bunny/

Y para consejos de cómo enganchar a tus hijos con la lectura y los libros y artículos sobre, por ejemplo, la importancia de la hora del cuento antes de dormir así como entrevistas con los autores de las diferentes series de cuentos, visita: https://getbedtimestories.com/blog/

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Felicitaciones/Holiday Greetings

Un breve mensaje para felicitar a todos en esta temporada navideña y que el año entrante sea uno lleno de salud, felicidad y, ¡muchos, muchos libros!

A brief message to wish everyone a very happy holiday season and may the coming year be one of health, happiness, and lots and lots of books!

viernes, 3 de noviembre de 2017

¡Libros nuevos!/New books!

Un gran saludo a todos. Tengo el placer de anunciar la aparición de cuatro libros nuevos en este 2017. 
Estas son las portadas. Las almas de la fiesta y otros cuentos de Día de Muertos, Cuentos mayas Ludmila y Wilberto se presentarán durante la 37 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) en la Ciudad de México y De patas, plumas y pelos estará a la venta en el stand de Porrúa durante dicha feria. Todos estarán a la venta en la FIL Guadalajara.

Datos de las presentaciones:

Ludmila y Wilberto se presenta el  sábado, 18 de noviembre, a las 10 de la mañana. Estará conmigo Juan José Colsa, el ilustrador, y un cuentacuentos. Será en el Cuentródomo principal.

Las almas de la fiesta se presenta el 19 de noviembre en un taller a las 2 PM. Estará Israel Barrón, el ilustrador, conmigo. Será en el área de talleres.

Cuentos mayas se presentará el domingo, 19 de noviembre, a las 3 PM, en el pabellón Cuentos sin fin. Estará conmigo Ángel Campos, el ilustrador.

¡Están todos invitados! Chequen la cartelera por si hay algún cambio.

A big hello to everyone. I'm very pleased to announce that four new books are out this 2017. These are the covers. Las almas de la fiesta y otros cuentos de Día de Muertos, Cuentos mayas and Ludmila y Wilberto will be presented during the 37th International Children's Book Fair (FILIJ) in Mexico City and  De patas, plumas y pelos will be available in the Porrúa stand during the fair. They will also be available during the International Book Fair (FIL) in Guadalajara.

Dates of the presentations: 

Ludmila y Wilberto will be presented on Saturday, the 18th of November, at 10 AM. Juan José Colsa, the illustrator, will be with me as well as a storyteller. It will be held in the Cuentódromo Principal area. 

Las almas de la fiesta will be presented in a workshop for kids at 12 PM. Israel Barrón, the illustrator, will be with me. It will take place in the workshop area. 

Cuentos mayas will be launched on Sunday, November 19th , at 3 PM in the Cuentos sin fin pavilion. Ángel Campos, the illustrator, will be with me.

Everyone is invited! Just check the fair schedule just in case there are last minute changes.





miércoles, 8 de junio de 2016

El uso de los mexicanismos en la literatura, artículo de María de Lourdes Victoria

Le damos las gracias a María de Lourdes Victoria por el permiso de usar este artículo que salió publicado en el número 39 de La cometa, el boletín electrónico en español de la Society of Children's Book Writers and Illustrators (SCBWI)

¿Y ahora qué hago con los mexicanismos?

La escritora María Victoria ha publicado varias novelas y cuentos breves y ahora está trabajando en una serie de cuentos infantiles sobre México. Su interés por escribir para niños y jóvenes hizo que se afiliara a SCBWI hace varios años. Aquí ofrece su particular postura ante el dilema de la elección de cierto vocabulario en español, para que los libros alcancen de manera mayoritaria a los lectores de habla hispana, respetando la riqueza y diversidad de cada cultura.

"María, quítale los mexicanismos a tu novela, de otra forma aquí en España nadie te va a publicar”. Así decía el e-mail de mi agente literaria de Barcelona cuya labor, por ese entonces, era encontrarle un editor a mi segunda novela Más allá de la justicia.
Eran las cinco de la mañana y apenas me sentaba a escribir y a saborear mi primera taza de café. A esas horas insólitas de la madrugada suele visitarme mi comadre, la Musa. Mis amaneceres siempre han sido de ella. Ese día me levanté inspirada, ansiosa por continuar mi tercera novela La Casa de los Secretos – una historia de amor durante el siglo XIX. Lo último que se me antojaba era tener que pensar en aquella otra novela, la ya parida, la que tan pronto mandé a mi agente sepulté en campo santo del olvido. Pero ahora ahí estaba ella, reviviéndola con esa correspondencia que además, no entendí. ¿Qué querría decir? ¿Que hiciera yo qué???
Me quité los lentes, los limpié con la manga de mi bata, y repasé esa palabra tan peculiar: mexicanismos. El café de pronto me supo ácido. ¿Se estaría refiriendo a las majaderías de mi protagonista, Sofía, la abogada mexicana? ¡Pero si no puede hablar de otra manera! pensé, defendiéndome. Sofía es de Boca del Río, pueblo de pescadores donde las groserías son el sazón de la lengua. Quitarlas de la narración sería como guisar frijoles sin epazote. O como freír una tortilla sin patatas – para que mi agente me entendiera. Pero quizás eso no era lo que me estaba pidiendo.
Quizás el problema eran los dichos rancheros que a propósito había salpicado en el diálogo, para recalcar el punto de mi orador, y de paso, honrar a mi patria. Y eso…diríamos que es parte de mi estilo narrativo. Algo que nadie le reclama a los grandes, sean de Colombia o de China. Pero claro, yo no soy de las grandes y ahí estaba la prueba. Según mi agente, nadie en la Madre Patria apostaría por mi novela por aquello de los mexicanismos.
Se me subió el indio. Es decir: me enojé. Nunca antes había recibido comentario parecido, ni de mis lectores, ni del sinnúmero de editores (de todas nacionalidades) que han revisado mi trabajo. Pero además, si era cierto que los mentados “mexicanismos” fueran tanto problema, entonces, quería yo saber ¿cómo era que aquél mismo texto había quedado en tercer lugar del Premio Planeta de Novela? Habían competido un total de 509 novelas al galardón mejor dotado de las letras españolas, y 85 de ellas venían de Latinoamérica: 25 de Argentina, 18 de Perú, 16 de México, 12 de Chile, 9 de Venezuela, 8 de Colombia, 5 de Bolivia, 4 de Costa Rica, 3 de Uruguay, 2 de Cuba, 2 de Puerto Rico, 2 de Ecuador, 1 de Paraguay y 1 de Guatemala. El resto provenían de España. El primero y el segundo lugar lo habían ganado dos españoles, pero atrás de ellos, en tercer lugar (o la última que eliminaron) estaba Más allá de la justicia. Con todo y sus mexicanismos.
Me dirigí a la cocina cavilando el asunto. Me serví otra taza de café y salí a la terraza a consultar con la Luna, siempre serena. Suele aplacar mis humores. No tenía por qué enrollarme en mi bandera mexicana y revivir la conquista, razoné. Mucho menos cuando el consejo venía de mi agente quien, sin duda, quería lo mejor para ambas: publicar la novela.
Decidí ignorar el correo. Regresé al escritorio, encendí mis velitas aromáticas, subí la música de inspiración, y comencé una vez más a acariciar las teclas, tratando de seducir a la Musa. Pero no. No hubo manera de retroceder al año 1847, a la antigua ciudad de Oaxaca, donde acontece la trama. La palabra mexicanismo brincaba entre los párrafos, picoteando a mi comadre quien finalmente se hartó y se largó a ayudar a otro escritor en alguna otra parte del mundo. Quizás a Bolivia. O quizás, por pura venganza, a Barcelona.
Le escribí a mi agente pidiendo una aclaración. La respuesta no se hizo esperar:
“…la novela no debe sonar tan mexicana. ¿Me explico? Has de optar por un español lo más neutro posible … la historia es la que es, pero el tema del lenguaje es BIEN importante…ha de poder leer (la novela) cualquier hispano y no saber, al leerte, de dónde procedes. Luego ya lo verá en tu bio… Sé que te encomiendo una tarea titánica, María, y que tal vez te convendría tener a un filólogo que haya hecho Hispánicas para ayudarte en la tarea de buscar vocablos que funcionen en la mayoría de países de lengua hispana…Si quieres, lee La Isla de los Amores Infinitos de Daína Chaviano. Ella es cubana, pero su lenguaje aquí no despertó ningún desconcierto.”

Desconcierto.
Lo confieso. La desconcertada con semejante respuesta fui yo. Y ahora sí no hubo luna que me bajara al indio. Pobre Daína, pensé. Ya la veía yo, borrando obedientemente los cubanismos de su novela, sólo para complacer a su editor. De tal manera que su personaje que antes “jodía” ahora “molestaba”, y la chica que antes era un “bacalao” ahora era una “flaca”, y aquél niño que “montaba guaguas” ahora “andaba en autobús”. ¡La tragedia! La novela que yo definitivamente quería leer, y que todavía quiero leer, es la versión “a la cubana”, aquella narración deliciosa que me acerca a su autora y amplía mi lengua. Sí. Esa lengua que también es mía y que, dependiendo de quién la mastique, sabe bailar danzón, cumbia, merengue y salsa además de flamenco. Me imagino que la pobre Daína tampoco es de las grandes, porque si lo fuera, como Borges, por ejemplo, o como García Márquez, el editor se hubiera tenido que tragar un pincho de argentinismos y de colombianismos con su corto de café. Sobre todo si hablamos de Gabo, en paz descanse.
Esto es lo que nos platica Eloi Jáuregui al respecto, en su artículo en la revista Crónica Viva:
“Cuando García Márquez escribió en la segunda edición de su novela ‘La Mala hora’ en 1967, en el prólogo se leía esta verdad que daba vergüenza ajena: La primera vez que se publicó esta obra, en 1962, un corrector de pruebas se permitió cambiar ciertos términos y almidonar el estilo, en nombre de la pureza del lenguaje. En esta ocasión, a su vez, yo el autor, me he permitido restituir las incorrecciones idiomáticas y las barbaridades estilísticas, en nombre de mi soberana y arbitraria voluntad”.

¡En nombre de mi soberana y arbitraria voluntad!
O sea, y dicho a la mexicana : A la porra con los convencionalismos.
¡Qué ganas de hablar con mi autor favorito y platicar sobre el tema! Qué delicia sería poder preguntarle más sobre esas “instrucciones disciplinarias del idioma” que como bien dice Jáuregui “son entendidas por García Márquez como una matriz carcelaria que pretende aprisionar y estigmatizar ciertas manifestaciones culturales, las que han sido rechazadas por el ‘establishment’ burgués vigente, en nombre del ‘buen gusto’ y de una pretendida defensa del patrón de civilización imperante…”
Todo esto me recordó a ciertos personajes entrañables en la literatura infantil, como Mafalda. Imagínense que le hubieran pedido a Quino (Joaquín Salvador Lavado) que “neutralizara” el español de la Mafalda y quitara los argentinismos. ¡Ay! Eso sí que sería un pecado… Y me pregunto, con esa la convocatoria de escribir y publicar literatura infantil que refleje diversidad ¿qué se supone que debemos hacer los escritores con el lenguaje de nuestros pequeños protagonistas? ¿O acaso queremos agrupar a todos los hispanoparlantes e ignorar la diversidad dentro de nuestras propias culturas?
Por desgracia, aquella mañana no hubo posibilidad de hablar con Gabo sobre el tema. Mi única consejera fue la Luna.
Y así, bajo el amparo de su plateada cobija, tuve que decidir solita si podía darme el lujo de mandar a la porra a mi agente…
No les digo lo que finalmente decidí, mis queridos lectores. Sospecho que lo adivinarán cuando lean la novela. Pero les cuento que La Casa de los Secretos será publicada por Planeta en julio, con todos sus mexicanismos. Que son hartos. Pero eso sí, con un glosario de dos páginas.