miércoles, 16 de julio de 2014

Verano, un tiempo perfecto para leer/ Summer, a perfect time for reading

Ya es verano y los niños están de vacaciones. Los padres de familia buscan opciones para sus niños para que no se la pasen horas y horas conectados a la tele o jugando videojuegos todo el día. No es que no deban de ver la tele o jugar videojuegos pero hay que buscar otras opciones de entretenimiento y una muy buena es la lectura. Puede ser en silencio o compartida pues un libro leído en voz alta es una forma fantástica de estrechar los lazos familiares además de pasar un rato divertido y emocionante. Hay varias formas de conseguir los libros sea en librerías o en bibliotecas. Acudan a ellas y seleccionen con cuidado el o los libros que llevarán a casa, pues los padres son los que mejor conocen a sus hijos, y, además, tomen en cuenta la edad de ellos. Hay para todas las etapas y no hay que pasar de largo que un pequeño puede disfrutar de un cuento para niños un poco más grandes y un adolescente puede disfrutar de un libro álbum también.

Busquen libros ––novelas, poesía, cuentos y divulgación––de autores mexicanos como Mónica B. Brozon, María Baranda, Christel Guczka, Gabriela Olmos, Javier Malpica, Ana Ochoa, Becky Rubinstein, Jorge Luján, Berta Hiriart, Andrés Acosta, Raquel Castro, Antonio Ramos Revilla, Martha Riva Palacio Obón, Juan Carlos Quezadas, Toño Malpica, Gabriela Peyron, Alma Velasco, Juana Inés Dehesa, Karen Chacek, Monique Zepeda, Jaime Alfonso Sandoval y su servidora, entre otros, para que sus niños no le digan, varias veces al día ––Mamá, papá, ¡estoy aburrido!–– o que los ojos se les pongan rojos de tanto ver la tele o jugar juegos de video.

It's summer and kids are on vacations. Parents are looking for some options so that their children are not connected, hour after hour, to the TV or spending all day playing video games. It's not that they shouldn't see the TV or play videogames but there are other options of entertainment and one of them is reading. It can be silent or out loud since a book read to the whole family is an excellent way to tighten family bonds besides having a fun, thrilling time. There are several ways to get books since you can go to a bookstore or a library. Once there, carefully select a book or more, since parents are the one who know their kids better than anyone else, and also take into consideration their age. There are books for every stage and this means that a young child can enjoy a book for kids a little bit older and teenagers can be delighted with a picture book.

Look for books ––novels, stories, poetry and nonfiction–– by Mexican authors such as Mónica B. Brozon, María Baranda, Christel Guczka, Gabriela Olmos, Javier Malpica, Ana Ochoa, Becky Rubinstein, Jorge Luján, Berta Hiriart, Andrés Acosta, Raquel Castro, Antonio Ramos Revilla, Martha Riva Palacio Obón, Juan Carlos Quezadas, Toño Malpica, Gabriela Peyron, Alma Velasco, Juana Inés Dehesa, Karen Chacek, Monique Zepeda, Jaime Alfonso Sandovaland yours truly, among others, so that your kids don't tell you, several times a day, "Mom, dad, I'm bored!" or that their eyes turn red from seeing so much TV or playing so many videogames.

viernes, 11 de abril de 2014

¡Libros nuevos!/New Books!

Les presento dos libros nuevos: Vamos a comer...¡flores! y Vamos a comer... ¡bichos! Los dos fueron publicados por Ediciones SM de México. El de las flores fue ilustrado por Valeria Gallo y el de los bichos por Margarita Sada. Las fotos de los dos fueron sacadas por Ilán Rabchinskey, mi hijo. Los libros son muy divertidos pues además de algo de información, vienen las recetas. ¡Manos a la obra! Métete a la cocina y prepara algunas de ellas Te vas a divertir y luego te vas a deleitar con lo que preparaste. ¡Provecho!

Los podrás encontrar próximamente en las librerías Gandhi y las del Fondo de Cultura Económica así como en las ferias de libros.

I'm pleased to present my two new books: Vamos a comer...¡flores! and Vamos a comer... ¡bichos! One is about edible flowers and the other about edible insects found in Mexico. Both were published by Ediciones SM of Mexico. The one about the flowers was illustrated by Valeria Gallo and the one about the insects by Margarita Sada. The photos were taken by Ilán Rabchinskey, my son. The books are interesting because, besides the fun facts, there are recipes. So, get moving! Get into the kitchen and prepare some of them. You'll have fun and then you'll enjoy what you prepared.

Soon you'll be able to find them in Gandhi and Fondo de Cultura Económica bookstores and at book fairs.

miércoles, 2 de abril de 2014

Dia Internacional del libro para niños/International Day of Books for Kids

Hoy se celebra el día internacional del libro para niños en honor a Hans Christian Anderson, el autor de cuentos muy bellos como El patito feo y La sirenita. Confieso que estos dos, así como El traje del emperador, fueron de mis favoritos cuando niña pero otros me asustaban o me hacía llorar. En esos entonces, cuando Andersen los escribió, no había concesiones debido a la edad de los niños que los escuchaban y se hablaba de cosas fuertes como la muerte y la tristeza. En La sirenita, ella acaba convertida en espuma de mar y en, El soldadito de plomo, el soldado muere. Todo esto me entristecía. Además, de pequeña, traté de leer sus cuentos y algunos me asustaron mucho cuando, por ejemplo a una bruja le cortaron la cabeza y la sangre fluyó a borbotones. Aun así, se agradecen sus cuentos pues formaron parte de mi vida. Por lo tanto, celebren en grande y dénle un abrazo a un autor o a un ilustrador de libros para niños.

Today is the celebration of the international children's books day in honor of Hans Christian Andersen, author of stories such as The Little Mermaid and The Ugly Duckling. I cofess that these two stories, as well as The Emperor's New Clothes, where some of my favorites as a child but others scared me or made me sad. In those long ago day, when Andersen penned the stories, there were no concessions and talking to children about death and violence was normal. In The Little Mermaid she ends her life as foam and, in The Tin Soldier, the soldier dies. I was saddened by this. Besides, as a child, I tried to read some of his stories and was very frightened when, for instance, a witch had her head cut off and the blood flowed. Even so, I appreciate his tales and they were a big part of my life. So, celebrate in a big way and give an author or an illustrator a big hug.

lunes, 17 de marzo de 2014

Feria del libro de Bolonia/Bologna Book Fair.

La feria de libro de la bella Bolonia es la más grande que hay en el mundo en lo que se refiere a libros para niños y jóvenes. El recinto es un lugar inmenso lleno de la gente que se ocupa de crearlos, producirlos y venderlos. Iré con mi socia Rubí Juárez a conocer editores y agentes así como para estar en el stand del Society of Children's Book Writers and Illustrators (SCBWI), de la cual soy representante en Mexico. Si andan por ahí, pasen a buscarnos al stand de la SCBWI: stand A/66 en el pabellón 26. Estaremos del 24 al 27 de marzo. El stand estará lleno de libros escritos e ilustrados por los asociados además de que habrá activades como los duelos de ilustradores, que prometen ser muy divertidos.

The Bologna Book Fair is the biggest one in the world devoted to books for kids of all ages. The huge place is filled with the people who are involved in their creation, production and marketing. I'll be there with my business partner Rubí Juárez to meet editors and agents as well as to work at the booth run by the Society of Children's Book Writers and Illustrators (SCBWI) since I'm their representative in Mexico. If you're  there, come by and visit: stand A/26, pavilion 26. We'll be there from the 24th to the 27th of March. The booth will be full of books written and illustrated my members of the association and there will also be activities such as the dueling illustrators, which promise to be a lot of fun.

miércoles, 29 de enero de 2014

Quince excusas para no comprar libros para niños

Quince excusas para no comprar libros para niños

Cuando se acude a ferias de libros, uno, como autor, entra en contacto con padres de familia. Después de varios años de observar su comportamiento y actitud hacia los libros, me he dado cuenta de que, aunque hay papás de todo tipo, algunos se pueden reunir en grupos (unos grandes y otros pequeños) con características más o menos similares. Estos son algunos de los que he observado a través de los años.
Hay padres que llegan solos (sin sus hijos), se acercan a los estantes, con cariño toman los libros infantiles entre las manos, los hojean y, después de pensar un poco, deciden cuál o cuáles van a comprar. Una vez que se alejan, a veces me quedo con la sensación de que adquieren los libros para ellos mismos y me pregunto si se los prestarán a sus hijos.
Esto produce adultos contentos que, a veces, y por el qué dirán, leen estos libros a hurtadillas de otros adultos. Me divierte imaginar que sus hijos, de manera sigilosa, los extraen de los  estantes sin que sus padres los vean y, debajo de las mantas, los leen a hurtadillas de ellos.
Hay otros que escogen los libros que ellos creen que los pequeños deben leer, imponiendo su selección y en ocasiones llegando a discutir acaloradamente con ellos: ––No, hija, ese libro tiene demasiados dibujos. Tú ya eres grande, tienes seis años y debes leer algo con puras letras. Sí, ya sé que ese te gusta más pero mira, aquí está uno muy gordo, muy barato y te va a durar más. Y no me importa que llores porque este es el que vamos a comprar.
Esto generalmente produce niños reacios a la lectura así como libros no leídos y abandonados en algún oscuro rincón de la casa.
Hay otros padres que permiten que sus hijos escojan libremente lo que quieren comprar, guiándolos con la ayuda de un asesor o promotor, para así hacer una selección adecuada, una que toma en cuenta la edad, la madurez y los gustos del lector: ––¿Hijo, ese cuento es el que quieres? Se ve maravilloso, claro que te lo compro. ¿Ya escogiste otro? Ándale, ve a escoger más para que te lleves dos o tres.
Esto, felizmente, produce buenos lectores que se meten de lleno en las historias y estantes de muchos libros tanto de narrativa como de divulgación.
Luego hay gente de escasos recursos que, convencidos de los beneficios de la lectura y amantes de los libros, ahorran dinero poco a poco para que, el día que visiten la feria, puedan comprar siquiera un libro muy bien escogido para sus hijos.
Esto produce lectores contentos que atesoran los libros. Aunque sean pocos, han sido cuidadosamente seleccionados y viven en un lugar privilegiado de la casa. Han sido leídos montones de veces y compartidos entre toda la familia.
Y después están aquellos que ven a los libros de narrativa como cosas raras, especies de animales misteriosos, que no saben a cierta ciencia para qué sirven.
Durante varios años he coleccionado algunos de los pretextos que dan estos últimos, los que ni por equivocación compran un libro de ficción. Entre los más comunes y sin un orden especial, están los siguientes:
1.     Cuestan muy caro.
2.     Para qué quiero que se divierta mi hijo… mejor que lea un libro informativo para que, de paso, aprenda algo.
3.     Leer es perder el tiempo.
4.     Prefiero comprarle un juguete, aunque sea mucho más caro, porque siquiera lo usa más.
5.     No le gusta leer. Una vez le compré un libro que a mí me gusto y a ella no. Lo dejó botado por ahí y tuve que forzarla a leerlo. Por eso ya no le compro libros.
6.     Puede aprender cosas que a mí no me convienen.
7.     Se divierte igual viendo la televisión y no me cuesta nada.
8.     No tengo lugar para guardarlos en la casa. Además, se llenan de polvo y hay que limpiarlos.
9.     Los libros se rompen, se desgastan y se deshojan.
10.  ¿Un libro sin texto? ¿Para qué? No voy a comprar un libro de puros dibujitos y sin palabras.
11.  Si lee mucho, no juega con sus amigos.
12.  Se les acaban los ojos de tanto leer. ¡Imagínese! Tendría que comprarle anteojos…
13.  Cuando tenía un año le compré uno de esos libros pop-up y lo rompió en dos minutos. Por eso, aunque ya pasaron muchos años, temo que vaya a hacer lo mismo.
14.  ¡Uuuuy! Si viera cuántos clásicos le he comprado, de esos que yo tuve que leer en la escuela cuando era niña, y ni siquiera los quiso abrir. Más bien los usó para jugar. Ya sabe, construía torres y después los tiraba a pelotazos. ¿Para qué gasto comprando libros nuevos si estoy seguro que no los va a leer?
15.  ¿Para qué? Yo no leo y de todos modos me gano la vida.
Usted, ¿qué tipo de padre es?