The good news is that Kopecks for Blintzes is now on sale at Amazon: http://www.amazon.com/Kopecks-Blintzes-Judy-G…/…/ref=sr_1_1…
La buena noticia es que Kopecks for Blintzes ya está a la venta en Amazon.
Acompáñenme a charlar sobre libros para niños y jóvenes y otras cosas literarias./Join me to chat about books for kids and young adults and other literary things.
jueves, 31 de diciembre de 2015
viernes, 11 de diciembre de 2015
SCBWI Book Launch Party/SCBWI Fiesta de lanzamiento de libro
La SCBWI, Society of Children's Book Writers and Illustrators, ha diseñado una forma genial de hacer una lanzamiento de libros nuevos en su página. Ayer subí la información de uno de mis libros nuevos. Se llama Kopecks for Blintzes, lo ilustró Susan Batori y lo publica Kar-Ben, parte del grupo Lerner Publications. Ojalá pasen a la fiesta de mi libro y se queden un rato. Pueden buscarlo en http://www.scbwi.org/display-book-launch-party/?id=370155 y dénle un like si les gusta. El libro estará a la venta, a través de la página de la editorial, a partir del 1 de enero. También pueden visitar las otras fiestas de lanzamiento ya que andan por ahí. Se acerca Navidad y un libro (¡o varios!) es el mejor regalo..
The SCBWI, the Society of Children's Book Writers and Illustrators, has come up with a fabulous way of doing a virtual book launch through its webpage. Yesterday I uploaded the information of one of my new books. It's called Kopecks for Blintzes, it was ilustratged by Susan Batori, and published by Kar-Ben, part of the Lerner Publications Group. Come by and stay a while in my party! You can find it at http://www.scbwi.org/display-book-launch-party/?id=370155 and give it a like if you like it. The book will be on sale as of January 1 in the publishers's website. You can also visit the other book launch parties while you're at it. Christmas is right around the corner and a book (or several!) is the best gift.
The SCBWI, the Society of Children's Book Writers and Illustrators, has come up with a fabulous way of doing a virtual book launch through its webpage. Yesterday I uploaded the information of one of my new books. It's called Kopecks for Blintzes, it was ilustratged by Susan Batori, and published by Kar-Ben, part of the Lerner Publications Group. Come by and stay a while in my party! You can find it at http://www.scbwi.org/display-book-launch-party/?id=370155 and give it a like if you like it. The book will be on sale as of January 1 in the publishers's website. You can also visit the other book launch parties while you're at it. Christmas is right around the corner and a book (or several!) is the best gift.
miércoles, 7 de octubre de 2015
La Universidad Iberoamericana lanza su revista electrónica dedicada al estudio de la literatura infantil y juvenil contemporanea/ The Universidad Iberoamericana releases its electronic bulletin dedicated to the study of contemporary books for young readers
La Universidad Iberoamericana lanza su revista electrónica dedicada a la literatura infantil y juvenil. La pueden leer en http://issuu.com/lijibero/docs/lij_ibero_0. En ella hay reseñas, articulos académicos y uno mio que no es tan académico: Los cuatro elementos: Un acercamiento a la creación del libro álbum. También hay artículos escritos por Laura Guerrero, Evelyn Arizpe, Arnulfo Uriel de Santiago y Daniella Blejer, entro otros.
The Universidad Iberoamericana launches its electronic bulletin dedicated to children's literature. You can read it at http://issuu.com/lijibero/docs/lij_ibero_0. It has reviews, academic articles and one of mine, which is not too academic. It's called Los cuatro elementos: Un acercamiento a la creación del libro álbum (The Four Elements: An Approach to the Creation of the Picture Book). There are also articles written by Laura Guerrero, Evelyn Arizpe, Arnulfo de Santiago and Daniella Blejer, among others.
The Universidad Iberoamericana launches its electronic bulletin dedicated to children's literature. You can read it at http://issuu.com/lijibero/docs/lij_ibero_0. It has reviews, academic articles and one of mine, which is not too academic. It's called Los cuatro elementos: Un acercamiento a la creación del libro álbum (The Four Elements: An Approach to the Creation of the Picture Book). There are also articles written by Laura Guerrero, Evelyn Arizpe, Arnulfo de Santiago and Daniella Blejer, among others.
lunes, 21 de septiembre de 2015
La cometa, boletín electrónico en español sobre LIJ/La cometa, Electronic bulletin in Spanish about books for kids
Si te quieres suscribir a La cometa, boletín del SCBWI en español sobre Literatura Infantil y Juvenil:
If you want to suscribe to receive La cometa, the Spanish-Language bulletin of the SCBWI:
lunes, 27 de abril de 2015
La tenue linea entre seleccionar y censurar/The Fine Line Between Selecting and Censoring
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La
tenue línea entre seleccionar y censurar
Por
Judy Goldman
El
tema de la censura de los libros para niños y jóvenes es, sin duda, polémico. ¿Se
debe o no se debe prohibir la lectura de algún libro? En ese caso, ¿quién tiene
el derecho de hacerlo y quién no?
Cuando
se habla de literatura infantil hay, por lo general, dos posturas. Una que la
rechaza completamente pues cree que a los niños y jóvenes hay que exponerlos a
una gran variedad de información para enseñarles a ser abiertos, imaginativos,
respetuosos y críticos; y otra que está a favor de ella pues opina que los
pequeños y no tan pequeños hay que protegerlos de las cosas “malas” de la vida
según su particular criterio.
En
Estados Unidos, donde existen muchas denuncias y casos documentados (a diferencia
de México), la censura de libros para niños puede venir de cualquier posición
dentro de un amplio espectro social y político, pero generalmente se debe a
puntos de vista de la extrema derecha, donde es considerado ofensivo el
material que va en contra de valores morales y religiosos; o de grupos
liberales de izquierda, que buscan retirar o limitar el acceso a libros donde
hay estereotipos sexuales y raciales que mantienen viva la intolerancia, pero
haciéndolo de una manera tajante, sin explicaciones y, en ocasiones, sin tomar
en cuenta la realidad social que, aunque no se justificaba, se vivía en la
época en que se escribieron muchos libros considerados como clásicos. Esto, por
ejemplo, es lo que pasa con Las aventuras
de Huckleberry Finn de Mark Twain, uno de los libros más atacados de la
historia por la forma en que se retrata a la gente de color.
En
Estados Unidos hay libros que han sido retirados de las bibliotecas escolares o
colocados en anaqueles de acceso restringido y sólo se permite que los lea el
menor que tiene permiso de sus padres o tutores. Hay grupos de padres que, al
querer involucrarse directamente en la educación de sus hijos, se sienten con
el derecho de escoger cuál será el material de lectura de todos los niños que
asisten a esa escuela. Algunos padres buscan prohibir la lectura de una obra
pues creen que exponer al niño o jóven a una idea o conducta perturbadora le da
permiso de hacer lo mismo. Por otro lado, quienes se oponen a la censura creen
que los lectores juveniles pueden determinar por sí mismos si los
comportamientos que encuentran en un libro son o no dignos de emulación. Estos
adultos creen que los menores aprenden a
tomar decisiones basadas en los valores que los padres les enseñan y que,
además, la censura coarta la libertad intelectual. Lo más importante es que
ningún grupo o individuo tiene el derecho de imponer sus estándares morales o
literarios a otros que no concuerdan con ellos.
El
problema de la intolerancia no se resuelve prohibiendo un libro con
estereotipos: es mejor leerlo para detectarlos y hablar de ellos abiertamente.
Al prohibir, ocultar o limitar la lectura de una obra se atenta contra el libre
flujo de ideas y, aunque circulen libros que a uno le pueden parecer terribles
por su contenido, es preferible que no se difundan de manera clandestina pues
resulta peor el daño que puedan ocasionar.
Las
quejas y razones para prohibir un libro son muy diversas y van desde las
absurdas hasta las que pueden parecer justas y razonables. Algunas denuncias no
han pasado a más. Otras han logrado restringir el acceso a libros que un grupo
minoritario considera no apto para mentes inocentes y maleables. En lo que se
refiere a novelas contemporáneas para adolescentes, donde se llegan a tratar
temas como las relaciones sexuales o la prevención de la drogadicción y el
alcoholismo, algunos adultos intentan prohibirlos pues creen que permitir su
lectura es dar licencia a los jóvenes para convertirse en “viciosos” sin tomar
en cuenta que en estos libros pueden encontrar soluciones y respuestas a
situaciones similares que les suceden en la vida real.
Entre
los muchos cuentos o libros que en algún momento se han tratado de censurar en
Estados Unidos están La bella durmiente
(por ser violento), ¿Dónde está Wally?
(por enseñar el pecho desnudo de una mujer), y Las brujas de Roald Dahl (por incitar a los niños a practicar la
brujería). En un colegio se llegó al grado de exigirle a la bibliotecaria que
le pintara calzones al niño desvestido del clásico de Maurice Sendak In the Night Kitchen y, en otra escuela,
que dibujaran cobijas a las ilustraciones de unos bebés desnudos. A la lista se
puede agregar Blanca Nieves (por
inmoral pues vive con siete enanos) y los libros de Harry Potter (que han logrado que millones de niños que no leían se
convirtieran en lectores) por encaminar a los niños hacia el satanismo, la
brujería y la superchería. También hay obras que han sido vedadas porque en
ellas se habla de la homosexualidad. Una de ellas es el libro álbum Tres con Tango, de Justin Richardson y
Peter Parnell y con ilustraciones de Henry Cole. El libro narra cómo una pareja
de pingüinos machos empollan un huevo y, al nacer Tango, forman una familia. La
derecha lo atacó ––y lo sigue atacando–– por ser considerado un tema
homosexual.*
Siempre
habrá gente que encuentre material ofensivo en lo que lee y es casi imposible
dar con un libro que guste a todos. Entonces, cabe preguntarse, ¿qué es mejor,
producir nada más literatura esterilizada y color de rosa donde se trata de
darles gusto a todos? No tiene nada de malo que los más pequeños lean este tipo
de libros: es más, es recomendable, pues el final feliz les da seguridad y
tranquilidad. Pero, al ir creciendo y madurando, ¿se puede mantener al lector
en la ignorancia de temas de la vida real o conviene abrirle los ojos ante
ellos ya que en la lectura puede encontrar posibles soluciones a problemas y
situaciones afines? Y, lo más importante, ¿quién tiene derecho de seleccionar y
censurar? En el seno de la familia, los padres son los únicos que lo tienen
mientras sus hijos sean menores. Pero, ¿tienen derecho de imponer sus valores y
gustos al resto de la gente con quien entran en contacto? En la escuela, ¿los
directivos y maestros deben escoger el material de lectura según sus gustos o
basados en el conocimiento de sus alumnos o escogerlos según pautas y criterios
escolares o de acuerdo a lo que exigen los padres de familia? La escuela o
grupo de padres, ¿tiene derecho de forzar una elección dentro y fuera de la
institución? Al responder, téngase en cuenta que la línea entre seleccionar y
censurar es muy tenue.
Los
padres deben y tienen la responsabilidad de guiar a sus hijos y sólo a estos.
Cuando se encuentra material que presenta estereotipos, ¿no es mejor hablar del
tema para mostrar lo equivocado de esa postura y así no fomentarla en los
niños? El maestro, a su vez, puede aprovechar estos temas para discutirlos de
manera libre.
Con
esto, se busca que los lectores juveniles se conviertan en individuos
pensantes, creativos, imaginativos y críticos y no en lo contrario: personas pasivas
que reciben todo sin cuestionamientos.
(*La
American Library Association (ALA), que defiende el derecho a la libre lectura,
tiene una extensa lista de libros que han sido atacados, por diversas razones, a
través de los años. Entre ellos están El
diario de Ann Frank; Annie on my Mind,
de Nancy Garden; Un puente a Terabithia,
de Katherine Patterson; El guardían entre
el centeno de J. D. Salinger y la trilogía de Philip Pullman Sus materiales oscuros. Se puede consultar en http://www.ala.org/bbooks/ )
The Fine Line Between
Selecting and Censoring
By Judy Goldman
Censorship is, indeed, a
controversial theme. Should or shouldn't a book be prohibited? In that case,
who has the right to do so and who doesn't?
When speaking about books for young readers there are,
generally, two sides. One rejects it completely, because it believes that kids
and young adults should be exposed to a great variety of information which will
teach them to be open, imaginative, respectful, and critical, and another that
is in favor of it because it thinks that kids, no matter what their age, have
to be protected from, according to their particular criteria, the
"bad" things in life.
In the US, where there are many documented complaints and
cases (which is different from what happens in Mexico), censorship of kid's
books can come from any position in a varied political and social spectrum but
generally they are from either the extreme right, where anything that is
perceived as being against religious or moral values has to be removed or
prohibited; or from liberal left wing groups who wish to remove or limit access
to books with racial and sexual stereotypes that keep intolerance alive but in
an unequivocal way,
with no explanations and, occasionally, without taking into consideration the
social reality that, though it cannot be justified, was present in the time
when many of the books now considered classics were written and published. This
is, for instance, what happens with The
Adventures of Huckleberry Finn, by Mark Twain, one of the most attacked
books in history because of the way black people are portrayed in it.
In the USA there are books that have been removed from
school libraries and placed in restricted access shelves where only those who
have permission from their parents or guardians can read them. There are groups
of parents who, wishing to involve themselves directly in their children's
education, feel that they have a right to decide what reading matter is good
for all the kids in a school. Some
parents look to prohibit the reading of a book because they feel that exposing
a child or adolescent to a disturbing behavior that will give the reader
permission to do the same. On the other hand, those who oppose censorship
believe that young readers can determine, on their own, if the behavior they
find in a book should or shouldn't be copied. These adults believe that
youngsters must learn to make their own decisions based on the values taught to
them by their parents and, also, that censorship limits intellectual freedom.
What is most important is that no group or individual has the right to impose
his or her moral or literary standards on others who think differently.
Prohibiting a book with stereotypes will not solve the
problem of intolerance: it is best to read it to detect and speak openly about
them. Prohibiting, hiding, or limiting the reading of a book attempts against
the free flow of ideas and, though there are books that can be terrible because
of their content, it's preferable that they shouldn't circulate clandestinely since
the damage they can cause will, most probably, be worse.
The complaints and reasons for prohibiting a book are
diverse and range from the absurd to those that appear just and reasonable.
Some reports have not prospered. Others have managed to restrict free access to
books that a minority consider not appropriate for innocent and pliable minds.
In what refers to contemporary novels for young adults (YA), where subjects
like sexual relationships and drug and alcohol addiction are treated, some adults
try to prohibit them as they believe that reading them gives adolescents
permission to turn into "immoral" persons without taking into
consideration that, in these books, they can perhaps find solutions and/or
answers to similar situations that they are experiencing in real life.
Among the many books (and stories) that have been
attacked in the USA are Sleeping Beauty
(for being violent), Where's Wally? (for
including a woman's naked breast), and The
Witches, by Roald Dahl (for inciting kids to practice witchcraft). In a
school, a group went to the extreme of demanding that a librarian draw
underpants on the naked little boy who appears in Maurice Sendak's In the Night Kitchen and, in another
school that blankets be drawn on the illustrations of some nude babies. You can
also add to the list Snow White (for
it being immoral because the princess lives with seven dwarfs), and the Harry
Potter saga, which has created millions of readers, for steering children
towards practicing Satanism and witchcraft. There are also books that have been
prohibited because they talk about homosexuality. One of them is And Tango Makes Three, by Justin
Richardson and Peter Parnell and illustrated by Henry Cole. The book tells how
a pair of male penguins hatch an egg and, when Tango is born, form a family.
The right attacked ––and continues to attack–– the book because it has a
homosexual theme.*
There will always be people who will find something
offensive in what they read and it's almost impossible to find a book that
everyone likes. So the next question is if it's better to produce only sterile
and rose-colored literature where you try to please everyone? There is nothing
wrong with letting the smallest ones read this type of books: in fact, it's
recommendable since a happy ending gives them security and tranquility. But, as
they grow and mature, should they be left in ignorance about true life themes
or is it more convenient to open their eyes since, in reading about them, they
can find possible solutions to problems and similar situations? And, more
importantly, who has the right to selected and censor? Within a family, only
the parents have that right while their children are minors. But, who has the
right to impose their values and tastes on the rest of the people with whom
they are in contact? In school, should the heads of school and teachers select
reading materials according to their tastes and their knowledge of the students
or according to standards and/or educational criteria or according to what
parents demand? Does the school or group of parents have a right to force their
choices inside and outside of the institution? Parents have the responsibility
of guiding only their children. When they find material that presents
stereotypes, isn't it better to talk about them to show that they are wrong in
order for them not to be repeated? Teachers can, also, take advantage and talk
about them openly. When responding, take into consideration that the line
between selecting and censoring is very fine.
With this, it is to be hoped that young readers will
become individuals who think and are creative, imaginative and judicious and
not the opposite: passive people who receive everything without questioning
anything.
(*The American Library
Association (ALA), that defends the right to free reading, has an extensive
list of books that have been attacked, for different reasons, throughout the
years. Among them are The Diary of a
Young Girl, by Ann Frank; Annie on my
Mind, by Nancy Garden, A Bridge to
Terabithia, by Katherine Patterson, The
Catcher in the Rye, by J.D. Salinger and Philip Pullman's His Dark Materials trilogy. The list can
be consulted at http://www.ala.org/bbooks/)
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